Con el terremoto a la Filomena no le pasó nada, excepto los pánicos de siempre, con sus casi 80 años de terremotos y temblores. En mi casa se cayeron unos adornos feos y la mayoría de los libros porque una repisa ''colapsó''. Tenemos muchos libros, porque algún día queremos ser muy cultos y portarnos súper bien. Ordenando nuestra humilde biblioteca encontré un libro de la George Sand (una niña que se vestía de niño y se puso nombre de niño para poder escribir y se hizo famosa por pololear con Chopin) y al parecer le era muy agradable a los otros estupendos pianistas de ese tiempo.

"Podría decirse seriamente que el periodismo, esta primera y última de las cosas, como hubiera dicho Esopo, ha creado para los hombres una vida nueva, llena de progresos, ventajas y de preocupaciones. Esta voz de la Humanidad, que viene cada mañana a despertarnos contándonos como la Humanidad ha vivido la víspera, proclamando lo mismo grandes verdades que horrorosas mentiras, pero siempre marcando cada uno de los pasos del ser humano y todas las horas de la vida colectiva, ¿no es algo grande, a pesar de las lacras y miserias que pueden señalársele?"

George Sand. Un Invierno en Mallorca

El cuarto días después del terremoto las únicas réplicas que se sienten son los camiones que pasan afuera de mi casa y el galpón que están demoliendo al frente de mi casa (o sea lo que quedó del galpón). En San Bernardo, la mayor parte de las casas viejas con un montoncito de escombros afuera o adornadas con una huincha de peligro, que no dejan salir a caminar a la calle sin pensar en terremoto, claro sin contar lo MMDC, que vimos una vez que llegó la luz, incomparable con la cagá que quedó en el sur de Chile. ¿Está mal tratar de no combinar con la angustia y la histeria colectiva? y mirar no mas, es que es bien triste, pero no me paso nada a mi ni a mis queridos, así que es triste como entercer grado.

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